lunes, 20 de mayo de 2013

El Arte Griego

El Arte Griego


Arte griego, conjunto de manifestaciones artísticas que se desarrollaron en Grecia y sus colonias entre los siglos XI y I a.C. Aunque esta cultura tuvo su origen en la civilización del Egeo, su evolución posterior la convirtió en uno de los periodos más influyentes de la historia del arte occidental.
El arte griego se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto formal, sino también en la manera de expresar el movimiento y las emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los mitos, la literatura y la vida cotidiana.

Se conservan pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en el ámbito pictórico no se conocen grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan importantes piezas de cerámica, monedas, joyas y gemas que, junto con las pinturas funerarias etruscas, nos ofrecen algunas pistas sobre las características del arte griego. Estos restos se complementan con relatos extraídos de fuentes literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio el Viejo o el historiador y geógrafo griego Pausanias, vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se conservan hoy día deteriorados o en mal estado, y sus relatos ofrecen una valiosa información acerca de algunos artistas y sus principales obras.
La función principal de la arquitectura, la pintura y la escultura monumental hasta aproximadamente el año 320 a.C., fue de carácter público, ocupándose de asuntos religiosos y de la conmemoración de los acontecimientos civiles más importantes, como las competiciones atléticas. Los ciudadanos sólo utilizaron las artes plásticas para la decoración de sus tumbas. Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a la producción de objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de vasijas de terracota pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas eran propietarias de vasijas de bronce y espejos. Muchos objetos realizados en terracota y bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.
Los arquitectos griegos construyeron la mayoría de sus edificios en mármol o piedra caliza, y utilizaban la madera y las tejas para las techumbres. Los escultores labraron el mármol y la caliza, modelaron la arcilla y fundieron sus obras en bronce. Las grandes estatuas votivas se forjaban con planchas de este metal o se recubrían de láminas de oro y marfil que se aplicaba sobre una estructura interna de madera. Algunas veces se realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que posteriormente se unían al torso. La escultura en piedra y en arcilla se pintaba total o parcialmente con pigmentos brillantes. Los artistas griegos empleaban colores al agua para pintar grandes murales o decorar vasijas. Los ceramistas modelaban las piezas en tornos de alfarero y cuando se secaban las pulían, pintaban y cocían.
El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos. Las compartimentaciones cronológicas desarrolladas en este artículo son las siguientes: 1) periodos geométrico y orientalizante (c. 1100 a.C.-650 a.C.); 2) periodo arcaico (c. 660 a.C.-475 a.C.); 3) periodo clásico (c. 475 a.C.-323 a.C.); 4) periodo helenístico (c. 323 a.C.-31 a.C.).



El Periodo Arcaico

Durante el periodo arcaico, con la extensión geográfica y económica de la civilización griega, el incremento de la riqueza y los contactos con el exterior propiciaron el desarrollo de la arquitectura y la escultura monumental. Ambas se hicieron con el mármol y la piedra caliza que abundaban en Grecia. Los templos albergaban imágenes de los dioses y estaban decorados con esculturas y pinturas. Esta última experimentó también un gran desarrollo en la decoración de vasijas, que fueron importantes objetos de comercio.


 El Periodo Clasico

 El arte griego del periodo clásico, que se desarrolló desde la época de las Guerras Médicas hasta el final del reinado de Alejandro Magno, por una parte se mantuvo totalmente independiente y por otra ejerció una gran influencia en otras culturas.


El Periódo Helenistico.

 Los ejércitos de Alejandro Magno, tras conquistar las ciudades-estado de Grecia, llevaron su cultura por todo Oriente Próximo. Las polis griegas sufrieron un importante declive político y económico que afectó tanto a las esferas religiosas como a las sociales; esto dio paso a una nueva forma de entender el arte. Los griegos fueron receptivos a la influencia de ciertos elementos orientales, como la suntuosidad decorativa y las religiones exóticas. En las ciudades más prósperas de Asia Menor, así como en Alejandría (Egipto), se desarrolló un nuevo helenismo, mezcla del espíritu griego y de los estilos orientales.


 El Renacimiento.

En los siglos XV y XVI, sobre todo gracias a las copias romanas, la tradición artística griega se recuperó en el arte y arquitectura renacentistas. El realismo, el sentido de la proporción y los órdenes arquitectónicos de la antigüedad clásica resurgieron en el arte europeo. Asimismo, las excavaciones de Pompeya y otros hallazgos grecorromanos que tuvieron lugar durante el siglo XVIII propiciaron un nuevo auge de la antigüedad griega en el arte y esbozaron el movimiento conocido con el nombre de neoclasicismo. El término clásico llegó a definir no sólo un periodo concreto del arte griego, sino el arte griego y romano en general.
Los artistas y arquitectos academicistas se limitaron a imitar las características formales del arte griego, a menudo sin comprender su espíritu. En el siglo XX algunos artistas reaccionaron contra las tradiciones académicas y comenzaron a valorar el arte griego del periodo arcaico por encima de los periodos artísticos posteriores.







sábado, 18 de mayo de 2013

El Arte Egipcio

El Arte Egipcio


Lo que se refiere al arte egipcio es por lo general al conjunto de edificios, pinturas, esculturas y artes aplicadas del antiguo Egipto, desde la prehistoria hasta la conquista romana en el año 30 a.C. La historia de Egipto fue la más larga de cuantas civilizaciones antiguas florecieron en torno al Mediterráneo, extendiéndose casi sin interrupción desde aproximadamente el año 3000 a.C. hasta el siglo IV d.C. La naturaleza del país, desarrollado en torno al Nilo, que lo baña y fertiliza, junto al casi total aislamiento de influencias culturales exteriores, produjo un estilo artístico que apenas sufrió cambios a lo largo de sus más de 3.000 años de historia. Todas las manifestaciones artísticas estuvieron destinadas, básicamente, al servicio del Estado, la religión y el faraón, considerado como un dios sobre la Tierra. Desde los primeros tiempos, la creencia en una vida después de la muerte dictó la norma de enterrar al muerto con sus mejores pertenencias para asegurar su tránsito hacia la eternidad. La regularidad de los ciclos naturales, la crecida e inundación anual del río Nilo, la sucesión de las estaciones y el curso solar que provocaba el día y la noche fueron considerados como regalos de los dioses a los habitantes de Egipto. El pensamiento, la moral y la cultura egipcias estuvieron arraigadas en un profundo respeto por el orden y el equilibrio. El arte quería ser un arte útil; no se hablaba de piezas u obras bellas, sino eficaces o eficientes. El cambio y la novedad nunca fueron considerados como algo importante por sí mismos; así, el estilo y los convencionalismos representativos del arte egipcio establecidos desde un primer momento continuaron prácticamente invariables durante más de 3.000 años. Para el espectador contemporáneo el lenguaje artístico egipcio puede parecer rígido y estático (hieratismo); su intención fundamental, sin embargo, no fue la de crear una imagen real de las cosas tal como aparecían, sino captar para la eternidad la esencia de la persona, animal u objeto representado.


Periodo Predinático o arcaico


Los primeros pobladores prehistóricos se asentaron sobre las terrazas o mesetas formadas por los sedimentos que el río Nilo iba depositando en su recorrido. Las herramientas y útiles dejados por estos primeros habitantes de Egipto muestran su paulatina evolución desde una sociedad de cazadores-recolectores seminómadas a agricultores sedentarios. El periodo predinástico abarca desde el 3200 a.C. al 2755 a.C. aproximadamente.
Se han encontrado restos de asentamientos organizados que datan de este periodo, así como diversos materiales asociados, sobre todo, a enterramientos. Tales objetos se introducían en la sepultura junto con el cadáver a fin de que su espíritu pudiera disfrutar de ellos en la siguiente vida; gracias a eso se han conservado una gran cantidad de efectos personales, cerámica, útiles diversos y armas. La cerámica se solía decorar con pinturas que reflejaban la vida y costumbres de la época. Entre los motivos representados se incluyen imágenes de los pájaros y animales característicos de las zonas próximas al Nilo, así como también, ya al final del periodo predinástico, minuciosas representaciones de embarcaciones con remeros sobre las aguas del río. El cobre forjado se utilizó, en pequeñas cantidades, para la elaboración de collares y algunas herramientas, aunque la mayoría de los elementos se obtuvieron de la piedra. Las espátulas hechas de piedra se utilizaron para pulverizar la pintura de ojos. Se tallaron pequeñas esculturas y figurillas en marfil y hueso, así como también en arcilla.



IMPERIO ANTIGUO

El Imperio Antiguo de Egipto, dominado por las dinastías III a VI, abarca los cinco siglos comprendidos entre los años 2755 y 2255 a.C. Hacia el año 3100 a.C. el país se unificó bajo el mando de poderosos caudillos del sur, pero la idea de un Egipto dividido en dos zonas bien diferenciadas (Alto Egipto al sur y Bajo Egipto al norte) persistió durante algún tiempo. Es la época conocida como tinita, dominada por las dinastías I y II, y en ella destaca el rey Narmer (algunos historiadores lo identifican con el rey Menes), artífice de la unificación y fundador de la I Dinastía. En la Paleta de Narmer (c. 3100 a.C., Museo Arqueológico de El Cairo), en piedra tallada, se puede ver al propio faraón portando la corona del sur y subyugando a las gentes del norte, con dos animales entrelazados que significan la unificación de las dos zonas de Egipto bajo el mando único del faraón.




IMPERIO MEDIO

Mentuhotep II, faraón de la XI Dinastía, reinó entre los años 2061 y 2010 a.C., y fue el primer faraón del nuevo Egipto unificado del Imperio Medio (2134-1570 a.C.). Creó un nuevo estilo o una nueva tipología de monumento funerario, probablemente inspirado en los conjuntos funerarios del Imperio Antiguo. En la orilla oeste de Tebas, al otro lado del Nilo, en el lugar denominado Dayr al-Bahari, construyó un templo en el valle conectado por un largo camino real a otro templo que se encontraba adosado a la ladera de la montaña. Formado por una mastaba coronada por una pirámide y rodeado de pórticos a dos niveles, los muros fueron decorados con relieves del faraón en compañía de los dioses.



IMPERIO NUEVO

La XIII Dinastía tuvo faraones débiles e ineficaces, alcanzándose un número de unos 50 en 120 años. El segundo periodo intermedio (XIII a XVII dinastías) fue de nuevo para Egipto una época de gobierno dividido. Los hicsos, pueblos venidos del Asia occidental, entraron en Egipto proclamándose a sí mismos faraones. Impusieron su poder gracias a la utilización de caballos y carros de guerra. Esta circunstancia tuvo una prolongada influencia, ya que los hicsos llevaron a Egipto nuevas tecnologías a la vez que también proporcionaron una visión más amplia de su lugar en el mundo mediterráneo. Una vez más, sin embargo, Tebas instigó la reunificación del país, los extranjeros fueron expulsados y se restableció el poder central de la monarquía. El Imperio Nuevo (1570-1070 a.C.) comenzó con la XVIII Dinastía, y fue una época de gran poder, riqueza e influencia, como lo evidencia su importante comercio exterior y sus conquistas en el extranjero.