El Arte Griego
Arte
griego, conjunto de manifestaciones artísticas que se desarrollaron en
Grecia y sus colonias entre los siglos XI y I a.C. Aunque esta cultura tuvo su
origen en la civilización del Egeo, su evolución posterior la
convirtió en uno de los periodos más influyentes de la historia del arte
occidental.
El arte griego se caracterizó por la
representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto formal,
sino también en la manera de expresar el movimiento y las emociones. El cuerpo
humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de seres humanos, se
convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los mitos, la
literatura y la vida cotidiana.
Se conservan pocos ejemplos intactos o en su
estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en el ámbito
pictórico no se conocen grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan
importantes piezas de cerámica, monedas, joyas y gemas que, junto con las
pinturas funerarias etruscas, nos ofrecen algunas pistas sobre las
características del arte griego. Estos restos se complementan con relatos
extraídos de fuentes literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio
el Viejo o el historiador y geógrafo griego Pausanias,
vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se conservan hoy día
deteriorados o en mal estado, y sus relatos ofrecen una valiosa información
acerca de algunos artistas y sus principales obras.
La función principal de la arquitectura, la
pintura y la escultura monumental hasta aproximadamente el año 320 a.C., fue de
carácter público, ocupándose de asuntos religiosos y de la conmemoración de los
acontecimientos civiles más importantes, como las competiciones atléticas. Los
ciudadanos sólo utilizaron las artes plásticas para la decoración de sus tumbas.
Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a la producción de
objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de vasijas de
terracota pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas eran
propietarias de vasijas de bronce y espejos. Muchos objetos realizados en
terracota y bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.
Los arquitectos griegos construyeron la mayoría
de sus edificios en mármol o piedra caliza, y utilizaban la madera y las tejas
para las techumbres. Los escultores labraron el mármol y la caliza,
modelaron la arcilla y fundieron sus obras en bronce. Las grandes estatuas
votivas se forjaban con planchas de este metal o se recubrían de láminas de oro
y marfil que se aplicaba sobre una estructura interna de madera. Algunas veces
se realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que
posteriormente se unían al torso. La escultura en piedra y en arcilla se pintaba
total o parcialmente con pigmentos brillantes. Los artistas griegos empleaban
colores al agua para pintar grandes murales o decorar vasijas. Los ceramistas
modelaban las piezas en tornos de alfarero y cuando se secaban las pulían,
pintaban y cocían.
El arte griego se divide normalmente en
periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos. Las
compartimentaciones cronológicas desarrolladas en este artículo son las
siguientes: 1) periodos geométrico y orientalizante (c. 1100 a.C.-650 a.C.); 2)
periodo arcaico (c. 660 a.C.-475 a.C.); 3) periodo clásico
(c. 475 a.C.-323 a.C.); 4) periodo helenístico (c. 323 a.C.-31 a.C.).
El Periodo Arcaico
Durante el periodo arcaico, con la extensión geográfica y económica de la
civilización griega, el incremento de la riqueza y los contactos con el exterior
propiciaron el desarrollo de la arquitectura y la escultura monumental. Ambas se
hicieron con el mármol y la piedra caliza que abundaban en Grecia. Los templos
albergaban imágenes de los dioses y estaban decorados con esculturas y pinturas.
Esta última experimentó también un gran desarrollo en la decoración de vasijas,
que fueron importantes objetos de comercio.
El Periodo Clasico
El arte griego del periodo clásico, que se desarrolló desde la época de las
Guerras Médicas hasta el final del reinado de Alejandro Magno, por
una parte se mantuvo totalmente independiente y por otra ejerció una gran
influencia en otras culturas.
El Periódo Helenistico.
Los ejércitos de Alejandro Magno, tras conquistar las ciudades-estado de Grecia,
llevaron su cultura por todo Oriente Próximo. Las polis griegas sufrieron
un importante declive político y económico que afectó tanto a las esferas
religiosas como a las sociales; esto dio paso a una nueva forma de entender el
arte. Los griegos fueron receptivos a la influencia de ciertos elementos
orientales, como la suntuosidad decorativa y las religiones exóticas. En las
ciudades más prósperas de Asia Menor, así como en Alejandría
(Egipto), se desarrolló un nuevo helenismo, mezcla del espíritu griego y de los
estilos orientales.
El Renacimiento.
En los siglos XV y XVI, sobre todo gracias a
las copias romanas, la tradición artística griega se recuperó en el arte y
arquitectura renacentistas. El realismo, el sentido de la proporción y
los órdenes arquitectónicos de la antigüedad clásica resurgieron en el arte
europeo. Asimismo, las excavaciones de Pompeya y otros hallazgos
grecorromanos que tuvieron lugar durante el siglo XVIII propiciaron un nuevo
auge de la antigüedad griega en el arte y esbozaron el movimiento conocido con
el nombre de neoclasicismo. El término clásico llegó a definir no
sólo un periodo concreto del arte griego, sino el arte griego y romano en
general.
Los artistas y arquitectos academicistas se
limitaron a imitar las características formales del arte griego, a menudo sin
comprender su espíritu. En el siglo XX algunos artistas reaccionaron contra las
tradiciones académicas y comenzaron a valorar el arte griego del periodo arcaico
por encima de los periodos artísticos posteriores.
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